La reafirmación de la apariencia propia a través de fotos que van de los selfies hasta las etiquetas. La obsesión casi enfermiza de documentar los momentos a través de cientos de imágenes como si la memoria ya no bastara, como si la nube fuera una extensión de la capacidad de recordar. La apropiación corporal para exhibirse a la manera de un producto. Mostrar atractivamente al exterior para llenar el espacio de la ausencia. Restarle peso a las palabras y a las emociones verdaderas para convertirse exclusivamente en el reflejo de la pose más estudiada y más cuidada.
El fin de la privacidad.
La máxima de esta suciedad de sociedad, el culto a las imágenes como parte de los asuntos vitales en el set humano, merecemos la extinción total grabada en vídeo y documentada con fotos y debidamente registrada, en la administración pública en papel, sino también en la red.
La memoria histórica humana ha demostrado ser poco fiable.
Y la cantidad de tecnología y recursos nos han hecho todavía menos confiables.
De verdad que no te fíes de ninguna apariencia, ni siquiera de la del espejo 😉
Saludos
Pd: muy bonito México, bonitas fotos
La máxima de esta suciedad de sociedad, el culto a las imágenes como parte de los asuntos vitales en el set humano, merecemos la extinción total grabada en vídeo y documentada con fotos y debidamente registrada, en la administración pública en papel, sino también en la red.
La memoria histórica humana ha demostrado ser poco fiable.
Y la cantidad de tecnología y recursos nos han hecho todavía menos confiables.
De verdad que no te fíes de ninguna apariencia, ni siquiera de la del espejo 😉
Saludos
Pd: muy bonito México, bonitas fotos
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Ni siquiera de la del espejo. Y justo por ahí es donde uno debe comenzar.
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