Aún en plena pandemia y quejándose por lo mal que ésta se ha manejado y la inexistencia de vacunas, comparten selfies de reuniones en casa, de visitas a amigos, de viajes; fotos de objetos que han comprado recientemente -como pantallas, sofás, tenis de colección, juegos electrónicos-, o de mezcladoras de música y asadores para sus actividades en jardines.
Y al hacerlo quizá piensen que comparten sus alegrías, sin darse cuenta de que en medio de lo que estamos pasando, compartir estas imágenes es simplemente una reafirmación de sus privilegios.