Egoísta, egocéntrico, que se ve a sí mismo como el centro de todo, como lo único importante, como el único significado y la única referencia. Alguien que ve cada cosa como una atadura, como una cadena, como un peso muerto que soportar. Alguien que anhela los placeres nunca explorados, los encuentros improbables, las relaciones líquidas que permanecen en el tiempo pero que son inconstantes e imprecisas.
Todo se relaciona con las opciones, con las elecciones, con las decisiones, con hacer lo correcto o lo esperado y en la firme creencia de que el egoísmo es condenable e inapropiado para un ser humano civilizado que no está dispuesto a repetir un patrón despreciable y doloroso.