Periodismo hecho más allá de la letra impresa, investigaciones creadas para formatos de audio o de video o para ser leídas en dispositivos electrónicos con conexión a la red.
Información que se genera para el consumo inmediato con la intención de atraer lectores que eventualmente se conviertan en consumidores de productos o de servicios.
Titulares a modo de anzuelo para captar el interés, cabezas redactadas para posicionarse en los motores de búsqueda y atraer más tráfico hacia un sitio para captar más ingresos de posibles anunciantes.
Noticias redactadas con intereses específicos en mente, columnas de opinión escritas para defender lo indefendible, para condenar, satirizar y calumniar, para ser compartidas y eventualmente viralizadas.
El alcance de una publicación trasladado del espacio de lo orgánico por el verdadero interés del público al de un empuje artificial mediante dinero para dar más visibilidad a un «feed». Un intercambio monetario para darle más peso a una idea y que más personas la validen y la compartan. La opinión de una persona comunicada digitalmente «de boca en boca» y amplificada en su alcance mediante la compra de publicidad.
Los “algoritmos” de cada red social se han convertido en la “inteligencia matemática” que nos muestra contenido basándose en nuestras preferencias y elecciones previas, buscando contenido adicional que nos haga permanecer más tiempo en dichas plataformas.
La mínima censura que existe, los espacios que quedan abiertos para opiniones extremistas, la posibilidad de mentir, de dar por verdades los puntos de vista convierten a las redes sociales en espacios en los cuales el fin no es comunicar la verdad sino modificar la opinión pública y orientarla hacia ciertos intereses.
El número de vistas y de interacciones (“me gusta”, “me divierte”, “me enoja”), se convirtieron en la medida del éxito. Hacer viral un contenido se volvió el objetivo a alcanzar para lograr monetizarlo en un contexto por el que cada vez menos gente paga por el contenido de calidad.
Mantenerse informado -mejor informado-, implica ahora estar suscrito a publicaciones a las que hacer investigación de largo alcance les representa un alto costo en recursos. Y dichas suscripciones resultan una inversión para quien puede hacerlo.